La comunicación virtual, un nuevo lenguaje.
En pocos años la comunicación virtual ha dado un giro de 180º y nos encontramos muchas veces desconcertados porque no sabemos qué pensar o cómo actuar.
No hace tanto recibíamos información exterior de tres formas básicas:
- teléfono.
- la televisión, el cine.
- Por medios escritos, diarios de papel, carteles, cartas.
Hoy, la comunicación virtual ha creado un nuevo lenguaje, o mejor dicho una forma nueva de usar el lenguaje. Hoy hemos cambiado la cantidad de información, los formatos y las formas. Eso nos ha llevado a un sistema rápido y a veces, caprichoso.
Internet, cambió nuestra vida, en muchos sentidos. Somos muchos que nos hemos adaptado a “la comodidad” de estos medios. Las empresas, las relaciones personales, las vemos cambiar a diario en una sensación caótica, sin precedentes.
Usamos los sistemas de mensaje instantáneo, como WhatsApp, telegram, signal, etc. Y vemos, como la ética se diluye. Es tanta la comunicación y la aceleración que llevamos que las formas van desapareciendo. Si no nos gusta lo que nos dicen, o no nos interesa, nos olvidamos de contestar. Vemos con las relaciones personales se rompen por este medio, sin más. La gente posiciona posturas, creencias, basadas en cosas que leen, o ven, por Internet.
Y es que son muchas improntas que recibimos a diario. El tiempo vemos cómo se acorta y la falta de tiempo va siendo el día a día de muchos de nosotros. Cada día empatizamos menos y como muchas contradicciones de esta nueva etapa, buscamos la empatía.
El sentimiento de soledad en esta jungla virtual, está siendo el mal de muchos en estos tiempos.
El marketing actual, ya no vende el producto directamente, intenta que empatices con alguna historial visual, para poder introducir el producto que se pretende vender.
Las personas demandamos atención, porque ya no se atiende como antes.
Tenemos una bomba informativa, que nos hace personas con mucha información, muy desinformadas. Y son muchos que reflexionan en este fenómeno, como algo que nos llevará a la perdición.
Yo soy más optimista, creo que estamos en el nacimiento de algo, que todavía no acabamos de conocer, pero que a medida que nos vayamos acomodando, sabremos ir cribando. Nos deberemos convertir en personas más abiertas, más analíticas, a la vez de personas más tolerantes.
La ética de la comunicación cambiará, tal vez no sea tan importante contestar un WhatsApp, pero sí agradeceremos que se haga.
La publicidad no importará que nos fascine con una historia, si no que buscaremos la calidad de un producto. Las empresas serán más serias y fiables.
Las frases hechas que nos motivan en la política, en las tribus urbanas, ya no serán tan importantes como los hechos. Y tal vez, en ese momento, empecemos a trabajar de verdad, a ver la verdad y tolerar mejor los devenires de la vida.
Así que pasada esta tormenta, es posible que llegue una calma provechosa para todos.
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